En la actualidad desde el DSM V se definen los síntomas en tanto trastorno, a veces formando parte de un síndrome, algo patológico que hay que curar, sacar, eliminar, realizando un diagnostico en base a una supuesta objetividad, que hoy dia tiene que ver mucho con las estadísticas, ya que el manual DSMV establece diagnósticos según la estadística y no en base a la clínica como hacían los psiquiatras clasicos. En las antípodas se ubica el psicoanálisis, y el método psicoanalítico donde se esta del lado del sujeto. Tenemos por un lado a alguien que escucha con la convicción que el paciente dice lo que quiere decir, y por otro lado a alguien que escucha sabiendo que el paciente no sabe lo que dice. Pero en este sentido el analista sabe menos aún lo que el paciente va a decir, esto no significa que el analista no sepa que hacer en su practica clínica.
Jacques Alain Miller en su libro: “Introducción al método psicoanalítico” plantea tres niveles, que también lo podemos pensar como tres tiempos lógicos diferentes en un proceso analítico.
1) Avaluación clínica
2) Localización subjetiva
3) Introducción al inconsciente.
A su vez nombra como subjetivación el tiempo entre la evaluación y la localización subjetiva y rectificación el tiempo entre localización subjetiva e introducción al inconsciente.
Estos serán los parámetros a desarrollar en este trabajo, estableciendo un contrapunto entre el análisis de adultos y el análisis de niños para ver si en lo que respecta a las entrevistas preliminares se trata de lo mismo en ambos casos o por el contrario hay una diferencia de método.
La pregunta guía es: ¿hay un método psicoanalítico especifico para niños y otro para adultos o se trata del mismo método con distintas herramientas?
Al comienzo mismo del tratamiento, el analista no sabe cuales son los significantes en que se encuentra atrapado el paciente, la repetición durante las sesiones lo ira determinando.En el caso de un adulto que salvo raras excepciones viene solo, sera cuestión de escucharlo, pero con un niño lo primero que se escucha es el decir de los padres. Esto hace a una particular diferencia en el comienzo para niños y adultos, donde el principio de la avaluación clínica que implica el diagnostico de estructura comienza por el decir de los padres.Más alla de la forma de entrada en el dispositivo analítico, hay algo que es de vital importancia para todos: las entrevistas preliminares. En primer lugar para ver si ese paciente puede devenir en sujeto en análisis, y en segundo para ver hacia donde va la dirección de la cura.
Para saber hacia donde se va con ese paciente, primero hay que saber que estructura tiene y donde está localizado en relación a su decir ese paciente.Los analistas nos preguntamos entonces ¿cuando un paciente puede ser tomado en análisis? Siendo valida la pregunta para niños o adultos. Otra pregunta que nos hacemos es ¿que lugar ocupa ese síntoma en la estructura?Aquí nuevamente se abre una diferencia: en el caso de los adultos el síntoma va a estar generalmente en relación al propio paciente, pero para el caso de niños tenemos al menos tres formas de ubicarse en relación al otro.
1) niño como síntoma de la pareja parental, o como síntoma de la madre.
2)Niño como falo de la madre.
3) Niño como objeto en el fantasma materno.
Esto va a dar al menos tres estructuras diferentes. Neurosis, perversión y psicosis respectivamente. Para el caso del autismo es similar a la psicosis en tanto está el cuerpo del niño tomado como objeto de goce.
Entonces en las entrevistas preliminares tenemos por un lado la demanda de tratamiento, que en el caso del niño es de los padres y que posteriormente podrá abrirse un espacio a que el propio niño demande o incluso como sucede muchas veces cuando los padres lo retiran del tratamiento, insista para que lo vuelvan a traer.
Con respecto al diagnóstico, en el caso de los niños no es poco frecuente que vengan con un "diagnóstico” previo por parte de instituciones educativas o incluso por parte de sus propios padres. Las siguientes frases son muy escuchadas: “tiene problemas de aprendizaje”, “problemas de conducta”, “se distrae mucho”, “no para en todo el día” etc., etc. Todas frases que hablan sobre el niño y su accionar, sobre todo lo que le hace síntoma ya sea a las instituciones o a los padres. Esto por supuesto que es algo muy raro e infrecuente en adultos.
Tratandose de adultos es cada vez más común que vengan con un diagnostico previo, en este caso hecho dentro de una institución de salud, escuchándose “ataque de pánico”, “depresión”, “ansiedad”, “angustia” etc.
Como ven tanto en niños como en adultos pueden llegar con cierta nominación de lo que les pasa realizada por terceros. Dependerá de cada caso el ver si se identifica o no y en caso de que si, como se identifica a esa nominación.
Tanto en niños como en adultos de lo que se trata es ademas del diagnóstico de estructura, ver que relación tiene con esos “diagnósticos” y sobre todo ir escuchando para pasar del dicho (lo que dicen los otros sobre el) al decir(lo que dice el paciente sobre si mismo y que posición asume con respecto a lo que dice.Sera bien diferente un paciente que relate lo que le pasa repitiendo lo que dicen de el, o contando lo que le hacen los demás, a otro que pueda escuchar su decir sin excusas del tipo: "esto le pasa a todo el mundo", "quise decir otra cosa", etc. frente a los actos fallidos, lapsus etc.. Aquí estamos entrando en lo que Miller llamó la localización subjetiva, y el pásaje de la avaluación clínica a la localización conforma la subjetivación. Salimos del terreno de la objetividad, del dicho en tanto hecho, al terreno de la subjetividad del dicho en tanto decir. Es fundamental para el analista distinguir el enunciado (lo que se dice) de la enunciación (desde donde se lo dice o lo que hace el paciente con lo que dice). Es parte de la praxis analítica detectar dentro del discurso del paciente que significantes se repiten e ir devolviendo de distintas maneras ese decir. Donde el paciente llega un punto que no podrá decir "yo no dije eso", o "quise decir otra cosa".
Sabemos que nadie es dueño de lo que dice en tanto que siempre hay un mas alla, pero ¿Hasta donde el paciente habla en su propio nombre? En niños parece ser más complejo como vimos, pero en adultos también hay que ver si cuando habla, lo hace repitiendo lo que dicen de el, su pareja, sus padres, su jefe etc, o es en nombre propio. Por tanto hay que realizar el mismo trabajo de escucha en ambos casos.La localización subjetiva ademas de ver la posición del sujeto,implica un acto del analista. Y que busca ese acto? Efectuar un cambio en la posición del sujeto, transformarlo de un paciente que relata a un sujeto que se va dando cuenta donde está en relación a lo que dice, incluso a lo que dice que dicen de él. En esto no hay diferencia en el método entre un adulto y un niño, aunque en este ultimo caso se busca no solo que tenga mayor distancia entre lo que dice y desde que posición lo dice, ademas de que pueda ir tomando distancia de los dichos de los otros.Si se da esta transformación es porque el paciente se ha introducido al discurso analítico, ha cruzado el umbral de la puerta y está en mejor situación para pasar a dejar de quejarse de los otros a quejarse de si mismo: esto es lo que se llama la rectificación subjetiva pudiendo lograrlo tanto un adulto como un niño. Ambos pueden ver que responsabilidad tienen en lo que les pasa, por supuesto que el adulto corre con ventaja y cuanto más chico sea el niño más difícil es de lograr. Igualmente hay niños que le llevan años luz a algunos adultos en esto de ver que lugar ocupan para los demás y asumirlo, algunos llegan a reconocerlo claramente a viva voz, por ejemplo: “soy la muñeca de mama”.
Pero, ¿como se logra ese proceso? La interpretación es el acto analítico por excelencia. Y que es una interpretación?
Una verdadera interpretación es un significante enigmático que se da a la interpretación del paciente. Esto puede tomar varias formas, pero seria muy largo de enumerarlas todas aquí. Una diferencia entre el análisis de niños y adultos es que con niños esta interpretación recorta frecuentemente algo del orden de la repetición pero del hacer del niño, mientras que en el adulto se recorta algo más del orden del decir. En ambos casos se ponen de relieve los significantes singulares de cada sujeto y el punto de goce en relación a eso, por lo tanto, lo real en juego.Una interpretación no es una explicación, sino que lo que busca es que el paciente se pregunte: “que me quiere decir con eso?” abriendo asi la dimensión del deseo.
En el caso de un niño una de las primeras cosas a determinar en las entrevistas preliminares (en este caso con los padres), es que lugar ocupa ese niño para ellos, como se entrecruzan y que posibles anudamientos se dan entre el deseo, el amor y el goce de los padres. Quizás esta sea la mayor diferencia entre el análisis de niños y de adultos, especialmente porque se tiene la posibilidad de observarlo de primera mano.
Mientras que en los adultos vemos solamente los efectos de ese entrecruzamiento y no resulta tan fácil apreciar que fue o que es ese sujeto adulto para sus padres y que lugar ocupa en relación a los demas. Por tanto en niños en las entrevistas preliminares se busca escuchar si ha alcanzado ese lugar de alojamiento en el campo del Otro, y si hay engarzamiento del amor, el deseo y el goce, como ha funcionado para ese sujeto.El psicoanálisis se dirige al sujeto, aun a aquel en ciernes o incluso que esta por advenir, como puede ser en niños muy chicos, niños psicóticos o autistas.
En síntesis las entrevistas preliminares (que determina como llega cada sujeto, tiempo que marcara su futura entrada en análisis) son fundamentales en la dirección de la cura tanto en niños como en adultos. Permite ubicar que movimiento hizó el sujeto y localizar que transferencia pone en juego.¿Entrevistas preliminares a que? A la entrada en análisis, pero no siempre se producen, en algunos casos corresponde más bien llamarles simplemente entrevistas. Esto no significa que sean solo una o dos, se pueden pasar años asi y que eso funcione para ese sujeto en particular.
Jacques Alain Miller en su libro: “Introducción al método psicoanalítico” plantea tres niveles, que también lo podemos pensar como tres tiempos lógicos diferentes en un proceso analítico.
1) Avaluación clínica
2) Localización subjetiva
3) Introducción al inconsciente.
A su vez nombra como subjetivación el tiempo entre la evaluación y la localización subjetiva y rectificación el tiempo entre localización subjetiva e introducción al inconsciente.
Estos serán los parámetros a desarrollar en este trabajo, estableciendo un contrapunto entre el análisis de adultos y el análisis de niños para ver si en lo que respecta a las entrevistas preliminares se trata de lo mismo en ambos casos o por el contrario hay una diferencia de método.
La pregunta guía es: ¿hay un método psicoanalítico especifico para niños y otro para adultos o se trata del mismo método con distintas herramientas?
Al comienzo mismo del tratamiento, el analista no sabe cuales son los significantes en que se encuentra atrapado el paciente, la repetición durante las sesiones lo ira determinando.En el caso de un adulto que salvo raras excepciones viene solo, sera cuestión de escucharlo, pero con un niño lo primero que se escucha es el decir de los padres. Esto hace a una particular diferencia en el comienzo para niños y adultos, donde el principio de la avaluación clínica que implica el diagnostico de estructura comienza por el decir de los padres.Más alla de la forma de entrada en el dispositivo analítico, hay algo que es de vital importancia para todos: las entrevistas preliminares. En primer lugar para ver si ese paciente puede devenir en sujeto en análisis, y en segundo para ver hacia donde va la dirección de la cura.
Para saber hacia donde se va con ese paciente, primero hay que saber que estructura tiene y donde está localizado en relación a su decir ese paciente.Los analistas nos preguntamos entonces ¿cuando un paciente puede ser tomado en análisis? Siendo valida la pregunta para niños o adultos. Otra pregunta que nos hacemos es ¿que lugar ocupa ese síntoma en la estructura?Aquí nuevamente se abre una diferencia: en el caso de los adultos el síntoma va a estar generalmente en relación al propio paciente, pero para el caso de niños tenemos al menos tres formas de ubicarse en relación al otro.
1) niño como síntoma de la pareja parental, o como síntoma de la madre.
2)Niño como falo de la madre.
3) Niño como objeto en el fantasma materno.
Esto va a dar al menos tres estructuras diferentes. Neurosis, perversión y psicosis respectivamente. Para el caso del autismo es similar a la psicosis en tanto está el cuerpo del niño tomado como objeto de goce.
Entonces en las entrevistas preliminares tenemos por un lado la demanda de tratamiento, que en el caso del niño es de los padres y que posteriormente podrá abrirse un espacio a que el propio niño demande o incluso como sucede muchas veces cuando los padres lo retiran del tratamiento, insista para que lo vuelvan a traer.
Con respecto al diagnóstico, en el caso de los niños no es poco frecuente que vengan con un "diagnóstico” previo por parte de instituciones educativas o incluso por parte de sus propios padres. Las siguientes frases son muy escuchadas: “tiene problemas de aprendizaje”, “problemas de conducta”, “se distrae mucho”, “no para en todo el día” etc., etc. Todas frases que hablan sobre el niño y su accionar, sobre todo lo que le hace síntoma ya sea a las instituciones o a los padres. Esto por supuesto que es algo muy raro e infrecuente en adultos.
Tratandose de adultos es cada vez más común que vengan con un diagnostico previo, en este caso hecho dentro de una institución de salud, escuchándose “ataque de pánico”, “depresión”, “ansiedad”, “angustia” etc.
Como ven tanto en niños como en adultos pueden llegar con cierta nominación de lo que les pasa realizada por terceros. Dependerá de cada caso el ver si se identifica o no y en caso de que si, como se identifica a esa nominación.
Tanto en niños como en adultos de lo que se trata es ademas del diagnóstico de estructura, ver que relación tiene con esos “diagnósticos” y sobre todo ir escuchando para pasar del dicho (lo que dicen los otros sobre el) al decir(lo que dice el paciente sobre si mismo y que posición asume con respecto a lo que dice.Sera bien diferente un paciente que relate lo que le pasa repitiendo lo que dicen de el, o contando lo que le hacen los demás, a otro que pueda escuchar su decir sin excusas del tipo: "esto le pasa a todo el mundo", "quise decir otra cosa", etc. frente a los actos fallidos, lapsus etc.. Aquí estamos entrando en lo que Miller llamó la localización subjetiva, y el pásaje de la avaluación clínica a la localización conforma la subjetivación. Salimos del terreno de la objetividad, del dicho en tanto hecho, al terreno de la subjetividad del dicho en tanto decir. Es fundamental para el analista distinguir el enunciado (lo que se dice) de la enunciación (desde donde se lo dice o lo que hace el paciente con lo que dice). Es parte de la praxis analítica detectar dentro del discurso del paciente que significantes se repiten e ir devolviendo de distintas maneras ese decir. Donde el paciente llega un punto que no podrá decir "yo no dije eso", o "quise decir otra cosa".
Sabemos que nadie es dueño de lo que dice en tanto que siempre hay un mas alla, pero ¿Hasta donde el paciente habla en su propio nombre? En niños parece ser más complejo como vimos, pero en adultos también hay que ver si cuando habla, lo hace repitiendo lo que dicen de el, su pareja, sus padres, su jefe etc, o es en nombre propio. Por tanto hay que realizar el mismo trabajo de escucha en ambos casos.La localización subjetiva ademas de ver la posición del sujeto,implica un acto del analista. Y que busca ese acto? Efectuar un cambio en la posición del sujeto, transformarlo de un paciente que relata a un sujeto que se va dando cuenta donde está en relación a lo que dice, incluso a lo que dice que dicen de él. En esto no hay diferencia en el método entre un adulto y un niño, aunque en este ultimo caso se busca no solo que tenga mayor distancia entre lo que dice y desde que posición lo dice, ademas de que pueda ir tomando distancia de los dichos de los otros.Si se da esta transformación es porque el paciente se ha introducido al discurso analítico, ha cruzado el umbral de la puerta y está en mejor situación para pasar a dejar de quejarse de los otros a quejarse de si mismo: esto es lo que se llama la rectificación subjetiva pudiendo lograrlo tanto un adulto como un niño. Ambos pueden ver que responsabilidad tienen en lo que les pasa, por supuesto que el adulto corre con ventaja y cuanto más chico sea el niño más difícil es de lograr. Igualmente hay niños que le llevan años luz a algunos adultos en esto de ver que lugar ocupan para los demás y asumirlo, algunos llegan a reconocerlo claramente a viva voz, por ejemplo: “soy la muñeca de mama”.
Pero, ¿como se logra ese proceso? La interpretación es el acto analítico por excelencia. Y que es una interpretación?
Una verdadera interpretación es un significante enigmático que se da a la interpretación del paciente. Esto puede tomar varias formas, pero seria muy largo de enumerarlas todas aquí. Una diferencia entre el análisis de niños y adultos es que con niños esta interpretación recorta frecuentemente algo del orden de la repetición pero del hacer del niño, mientras que en el adulto se recorta algo más del orden del decir. En ambos casos se ponen de relieve los significantes singulares de cada sujeto y el punto de goce en relación a eso, por lo tanto, lo real en juego.Una interpretación no es una explicación, sino que lo que busca es que el paciente se pregunte: “que me quiere decir con eso?” abriendo asi la dimensión del deseo.
En el caso de un niño una de las primeras cosas a determinar en las entrevistas preliminares (en este caso con los padres), es que lugar ocupa ese niño para ellos, como se entrecruzan y que posibles anudamientos se dan entre el deseo, el amor y el goce de los padres. Quizás esta sea la mayor diferencia entre el análisis de niños y de adultos, especialmente porque se tiene la posibilidad de observarlo de primera mano.
Mientras que en los adultos vemos solamente los efectos de ese entrecruzamiento y no resulta tan fácil apreciar que fue o que es ese sujeto adulto para sus padres y que lugar ocupa en relación a los demas. Por tanto en niños en las entrevistas preliminares se busca escuchar si ha alcanzado ese lugar de alojamiento en el campo del Otro, y si hay engarzamiento del amor, el deseo y el goce, como ha funcionado para ese sujeto.El psicoanálisis se dirige al sujeto, aun a aquel en ciernes o incluso que esta por advenir, como puede ser en niños muy chicos, niños psicóticos o autistas.
En síntesis las entrevistas preliminares (que determina como llega cada sujeto, tiempo que marcara su futura entrada en análisis) son fundamentales en la dirección de la cura tanto en niños como en adultos. Permite ubicar que movimiento hizó el sujeto y localizar que transferencia pone en juego.¿Entrevistas preliminares a que? A la entrada en análisis, pero no siempre se producen, en algunos casos corresponde más bien llamarles simplemente entrevistas. Esto no significa que sean solo una o dos, se pueden pasar años asi y que eso funcione para ese sujeto en particular.