La Enmienda 159 y la defensa del psicoanálisis
Hace poco finalizó el último intento de desacreditar al psicoanálisis, y de impedir el acceso a un tratamiento psicoanalítico (como hasta ahora se viene dando hace décadas) a aquellos que así lo quieran o lo necesiten. Me estoy refiriendo a lo que sucedió en el Parlamento francés con la llamada “enmienda 159”.
Frente a esta barbaridad, las respuestas no se hicieron esperar y decenas de psicoanalistas, así como asociaciones de padres, dieron batalla en rechazo a la propuesta. En este sentido, es mi idea aquí recoger los principales argumentos que se dieron y sus contundentes respuestas. Porque el psicoanálisis parte desde una lógica de lo singular, y a pesar de contar con un objeto de estudio, un método y un corpus teórico inmenso, no tiende a la sistematización de los datos, pero vaya que hay cientos de libros que demuestran la eficacia y los efectos del tratamiento psicoanalítico.
Entonces, más allá de la molestia inicial, hay que agradecer estos embates porque promueven, además de a los psicoanalistas, a operadores e investigadores de la salud en general, a producir estudios que vienen dando respuestas sólidas y contundentes a las repetidas falsedades que ya llevan un buen tiempo sobrevolando.
Un debate ideológico disfrazado de evidencia
La enmienda se presentó como un esfuerzo por “modernizar” la salud mental bajo criterios de evidencia científica protocolizada. Sin embargo, como señala Jean-Claude Maleval, resulta imposible distinguir con rigor entre “cuidados basados en psicoanálisis” y “psicoterapias”, y los metaanálisis muestran que las terapias psicodinámicas tienen eficacia comparable o superior a las cognitivo-conductuales (APA 2013; Gonon & Keller 2020). La diferencia, subraya Maleval, es ética: “acompañamiento vs reeducación normativa”.
Quentin Dumoulin recuerda que la psicología y las ciencias biomédicas atraviesan una crisis de reproducibilidad (Ioannidis, Open Science Collaboration), y denuncia que la enmienda se apoya en certezas ideológicas más que en datos sólidos. Gil Caroz lo formula con contundencia: se trata de un “cientificismo que forcluye lo real”, olvidando que el psicoanálisis trabaja con lo irreductible, con el dolor singular que escapa a la estadística.
Philippe La Sagna, retomando las críticas de François Gonon, señala la brecha entre el discurso triunfante de la neurociencia y los resultados reales en clínica y pedagogía. Frente al fracaso del paradigma neurocentrado, el psicoanálisis se presenta como alternativa legítima.
Síntesis epistemológica: La enmienda 159 no descansa en evidencia sólida, sino en una certeza ideológica. El psicoanálisis reivindica la pluralidad metodológica y la legitimidad de la causalidad subjetiva como dimensión clínica.
Impacto clínico e institucional
Jean-Daniel Matet denuncia el empuje hegemónico cognitivista y describe listas de espera interminables en los CMP/CMPP, junto al riesgo de medicalización rápida con psicofármacos como el Ritalin, etc. La clínica analítica, sostiene, ofrece un espacio para elaborar respuestas singulares.
Anaëlle Lebovits-Quenehen explica cómo la orientación analítica estructura hospitales, CMP, ITEP e IME (En Francia), y advierte que eliminarla desorganizaría el sistema público y saturaría las urgencias. Carole Dewambrechies-La Sagna subraya que muchos servicios de psiquiatría infantil y juvenil utilizan fundamentos psicoanalíticos, y alerta sobre el aumento de suicidios y violencia juvenil si se recorta la oferta.
Patricia Bosquin-Caroz denuncia que la enmienda reduce la diversidad terapéutica garantizada por el Código de Salud Pública, empujando a los más pobres al sector privado y politizando la salud mental bajo un modelo único.
Acá cerca, “al otro lado del río”, también existen muchísimos hospitales e instituciones que cuentan con miles de psicoanalistas entre sus trabajadores, en incontables casos orientados desde el psicoanálisis y con abundante material que recoge lo positivo de esas experiencias. En Uruguay resta aun por ahondar en la informacion, estando pendiente el trabajo de investigar donde especificamente y como se insertan los psicoanalistas en las diversas instituciones de salud, educacion etc. Pero sin contar con los detalles particulares, es sabido que somos decenas los que damos cuenta, año a año, de nuestro trabajo en cada jornada, actividad o encuentro que lo amerite, en aras de la transmisión y mejora de la experiencia para las generaciones venideras.
Síntesis clínica-institucional: El psicoanálisis está integrado en la red pública y su exclusión generaría caos institucional, sobrecarga de urgencias y exclusión social. La clínica analítica ofrece acompañamiento singular frente a protocolos rígidos y medicalización. Es, por tanto, necesaria e insustituible.
Es por todo esto (y se podría seguir ahondando en argumentos) que la enmienda 159 fracasó estrepitosamente en su intento de cercenar el acceso a tratamientos de calidad con orientación psicoanalítica.
Conclusión
La Enmienda 159 constituye un intento de imponer un modelo único en salud mental, bajo la apariencia de evidencia científica. Los textos aquí reunidos y estudiados por mí muestran que el psicoanálisis no solo mantiene eficacia terapéutica reconocida, sino que además sostiene un principio ético irrenunciable: la dignidad del sujeto y la escucha de su singularidad. Como recuerda Maleval, la diferencia no es técnica sino ética: acompañar al sujeto frente a la tentación de normalizarlo. La defensa del psicoanálisis es, en este contexto, una defensa de la pluralidad, de la libertad de elección y de la diversidad de respuestas que la salud mental exige.
El trabajo del uno a uno ya lleva 130 años y seguirá existiendo, con su propia lógica y con la impronta de sus practicantes que llevan adelante los análisis. Pero si algo quedó claro es que no es suficiente, y habrá que aggiornarse en estos tiempos para poder seguir dando cuenta de los beneficios de un tratamiento psicoanalítico para aquellos que así lo necesiten.
Textos de referencia.
Bosquin-Caroz, P. (s.f.). Una deriva liberticida. Manuscrito.
Caroz, G. (s.f.). Política de la negación. Conferencia.
Dewambrechies-La Sagna, C. (s.f.). Rapto del CPAM. Documento institucional.
Dumoulin, Q. (s.f.). Precariedad científica vs certeza ideológica. Artículo.
Gonon, F., & Keller, M. (2020). Meta-analyses on psychodynamic therapies. Journal of Psychotherapy Research, 30(4), 450–465. https://doi.org/10.1080/10503307.2020.1751234
Ioannidis, J. P. A. (2005). Why most published research findings are false. PLoS Medicine, 2(8), e124. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.0020124
Lebovits-Quenehen, A. (s.f.). Carta y entrevista. Testimonio clínico.
La Sagna, P. (s.f.). Un mal pliegue. Ensayo crítico.
Maleval, J.-C. (2013). Objeciones a la enmienda. Documento de trabajo.
Matet, J.-D. (s.f.). Un empuje hegemónico sobre toda la salud mental. Conferencia.
Open Science Collaboration. (2015). Estimating the reproducibility of psychological science. Science, 349(6251), aac4716. https://doi.org/10.1126/science.aac4716
Terrier, A. (2016). Carta abierta. Testimonio sobre la moción Fasquelle.
Vanheule, S., & Cornet, R. (s.f.). Eficacia del psicoanálisis en instituciones con niños con TEA. Informe clínico.
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